Tras años de ataques y recortes por parte de políticos en manos de la patronal, la educación valenciana se encuentra en una situación deplorable. Aquí nos encontramos con algunos de los efectos de los recortes, la LOMCE, la FP dual, las subidas de tasas y tantas otras medidas que atacan directamente al estudiantado, el profesorado, los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza y la comunidad educativa en su conjunto:
En la Universidad podemos ver algunos de los casos más sangrantes. Desde hace años, se está mercantilizando la educación universitaria con el único objetivo de hacer negocio de ella, además de limitar su acceso a hijos e hijas de familias trabajadoras.
Un ejemplo claro es el de los precios de la matrícula. Frente a Andalucía, donde el precio del crédito del grado son 12€, encontramos, en el País Valenciano, con un precio medio de 20€, que varía de 16 a 24 según el grado.
Y la cosa empeora cuando miramos los másters, que, de un tiempo a esta parte, se han vuelto imprescindibles en la mayoría de carreras: 29€ como límite en Andalucía frente a 46€ en Valencia.
Por ilustrar estos datos con un ejemplo: la licenciatura de derecho costaba entorno 3600 € en 2011. Con el 3+2, la cifra se dispararía a 8000.
El elevado coste de las tasas no es casual, como tampoco lo es el 3+2: un grado de tres años con una formación extremadamente insuficiente que hace aún más necesario el máster, mucho más caro que el grado. Esto queda muy lejos de lo que debería ser un servicio público y universal…
Podríamos pensar que las becas servirían para aliviar esta situación. Pero no es el caso. Las becas que ofrece la Generalitat valenciana solo sirven de excepción del pago de cierto número de créditos. El problema es que estas becas, además de que se han venido reduciendo desde hace algún tiempo, no ayudan para cubrir ni tan solo un poco del resto de gastos del estudiante: transporte, material escolar, etc. En muchos casos, apenas sirven como limosna.
En la educación secundaria y el bachillerato, la LOMCE está suponiendo el mayor golpe que se recuerda a este sector educativo. Por ejemplo, el ratio de cuarenta alumnos por clase hace imposible una formación adecuada, promoviendo el abandono de los estudios a quienes tienen más dificultades. Además, permite reducir el número de grupos por curso, por lo que se da un motivo para echar a la calle a muchos profesores.
La FP-Dual es otro problema, ya que supone un aumento del 33% de horas de prácticas que realiza el alumno, que consisten en trabajar por una limosna para una empresa privada, bajo la excusa de ofrecerle formación práctica y experiencia en el mundo laboral. Así, la patronal puede evitar contratar trabajadores afiliados a la seguridad social (con lo que ello conlleva de impuestos, prestaciones o salario mínimo) para tener estudiantes haciendo el mismo trabajo a cambio de menos de 400€. Un chollo para los empresarios.
¡Ya basta! ¡Esto ha sido más que suficiente! Es hora de ponerle fin a esta sangría. Los y las estudiantes debemos organizarnos y luchar, con todas nuestras fuerzas y más, para pararles los pies, frenar esta situación y revertir todo el proceso. Hemos de conquistar la educación que queremos, la educación que necesitamos, la educación que merecemos, de una vez por todas.
Para lograrlo, no podemos empezar la casa por el tejado. Debemos dar unos primeros pasos, lograr unos objetivos básicos para ir haciendo camino hacia aquello que ansiamos. Entre otros, el FEPV reclama:
- Unificación de precios de créditos e igualación de los precios de grado y máster por debajo de los 12 € el crédito para todas las universidades valencianas.
- Aumentar la oferta de becas bajo control de la Generalitat y los conceptos que estas cubren.
- Gratuidad del examen del nivel B1 de inglés en todas aquellas universidades donde no lo es ya.
- Suspensión de la LOMCE y la FP Dual en todo el territorio valenciano.
- Aumentar la oferta de plazas en los cursos de FP y la diversidad de los mismos.
- Evitar que la FP de tauromaquia se implante en los institutos valencianos.
No exigimos nada imposible. Ni irrealizable. Exigimos lo que es justo para los y las estudiantes. Exigimos nuestros derechos, que son innegociables e irrenunciables. Es la hora de pasar a la ofensiva, de hacerles frente, de reclamar lo que es nuestro. ¡Únete y lucha!
¡LA EDUCACIÓN PÚBLICA NO SE VENDE, SE DEFIENDE!
